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sábado, 16 de agosto de 2025

Los festejos de toros populares que han sobrevivido 400 años - Bodonal de la Sierra

Definición de CapeaFiesta tradicional con reses vacunas, también conocidas como de toros populares. (*)

(*) Libro: "Toros y Bueyes: La tradición ganadera y taurina de la dehesa" - Andrés Oyola Fabián (página 240).

Todo comenzó un 16 de Agosto (día de San Roque) de hace hoy 400 años: "La primera lidia documentada de un toro en la Plaza Mayor de Bodonal".


San Roque- Bodonal de la Sierra

Hoy, cuando en Bodonal de la Sierra se conmemoran 400 años de esta tradición, celebramos no solo el paso de los toros por sus calles, sino la resistencia y adaptación de un festejo que ha acompañado a generaciones, formando parte esencial de la historia, la cultura y la devoción del pueblo. La capea, fiesta de reses vacunas y núcleo de los llamados “toros populares”, simboliza esa continuidad, transformándose, pero siempre fiel al espíritu festivo y comunitario de sus orígenes.


Cartel fiestas Sta. María Agosto 2025, y
Conmemorativo 1625-2025


Un abuelo le cuenta a su nieta sobre esta tradición:

El sol de agosto caía a plomo sobre las calles de Bodonal de la Sierra, un calor que el bullicio de la gente apenas lograba disipar. La plaza, adornada con los colores de la fiesta, se llenaba de vida. En medio de la multitud, el anciano Don Manuel, un hombre de profundas arrugas y ojos chispeantes, observaba la escena conmovido. A su lado, su nieta Lucía, con la curiosidad inagotable de sus diez años, tiraba de su brazo.

—Abuelo, ¿por qué es tan importante esta fiesta? Todos dicen que es de las más antiguas de la comarca.

Don Manuel sonrió, su mirada viajó cuatrocientos años atrás, al lejano siglo XVII.

—Siéntate, Lucía. La historia de nuestras capeas es la historia de nuestro pueblo. Es una herencia que se remonta a 1625, en pleno Siglo de Oro español.

Lucía se acomodó a su lado, fascinada.

—En aquel tiempo, no existían los toros bravos como los conocemos hoy. La gente de Bodonal y de las aldeas cercanas se reunía en la plaza para correr y lidiar las reses de las ganaderías locales. Los mozos del pueblo, valientes y osados, se enfrentaban a ellas con las astas afeitadas o cubiertas para evitar accidentes graves. Ya en ese entonces, era un acto de picaresca y destreza que mostraba el espíritu de nuestra gente.

El anciano hizo una pausa, reviviendo con nostalgia aquellos años.

—Con el tiempo, la tradición fue evolucionando. A finales del siglo XIX y hasta mediados del XX, los toros eran toreados por picadores y diestros profesionales que llegaban de otras regiones. Era una mezcla de fiesta popular y espectáculo taurino, un reflejo de los cambios que se vivían en la sociedad.

Lucía, intrigada, interrumpió:

—¿Y qué pasó con los profesionales, abuelo? ¿Por qué ahora somos nosotros, la gente del pueblo, los que corremos los toros?

—Ahí está el alma de nuestra tradición, Lucía. Con el paso del tiempo, el carácter popular de la capea se impuso. El pueblo quiso volver a ser el protagonista, como en los inicios. La participación de los profesionales se redujo, y la fiesta regresó a sus orígenes, a la gente de Bodonal. Las capeas se convirtieron en lo que son hoy: un evento en el que los valientes, y a veces los no tan valientes —bromeó Don Manuel, guiñándole un ojo—, se enfrentan a los toros. Una tradición que ha pasado de generación en generación.

El anciano miró a su nieta con ternura.

—Lo que ves hoy no es solo una fiesta. Es la historia de nuestro pueblo, de su gente, de su carácter. Han pasado cuatrocientos años desde que los primeros bonalejos se enfrentaron a aquellas reses. Cuatrocientos años de evolución, de cambios, pero con una esencia inalterable: la pasión por el toro y el orgullo de ser de Bodonal de la Sierra.

El bullicio se intensificó. Los mozos, con sus mejores galas, entraban al ruedo. El primer toro, un imponente astado, hizo su aparición. Don Manuel miró a Lucía, que se levantaba emocionada.

—Es un honor para nosotros, Lucía, celebrar estos 400 años. Hoy, en cada quiebro, en cada carrera, está la memoria de los que nos precedieron. El espíritu de 1625 sigue vivo en esta plaza. No lo olvides.

Mientras el anciano se sentaba, la joven Lucía, con el corazón acelerado, sintió que no solo presenciaba una fiesta, sino que era parte de una historia, de una tradición que llevaba la impronta de 400 años de Bodonal de la Sierra. Y entendió que la historia de un pueblo, a veces, se cuenta mejor al ritmo de un pasodoble y al compás del latir de un corazón, en una plaza de toros, bajo el sol de agosto.

Instantáneas de Capeas

















Capea infantil


Chiquiencierrros



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