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sábado, 24 de julio de 2021

Hierba de San Juan (Hypericum perforatum), una planta con una historia mágica

Hace poco tiempo, mi amigo Victor me enseño y explicó la curiosidad de una planta llamada "gordolobo" (Verbascum thapsus), de la cual hablaremos otro día.

Debido a mi ignorancia, hoy pensaba que estaba frente a varias plantas de "gordolobo", pero unos amigos me dijeron se trataba de la Hierba de San Juan.

La Hierba de San Juan (Hypericum perforatum) es una planta herbácea de la familia de las hipericaceae, que crece de forma silvestre, al borde de los caminos y en ambientes secos y soleados. Las hojas son ovales y presentan lo que a primera vista parecen numerosos agujeritos oscuros, pero que en realidad son las glándulas que contienen aceite esencial y que se presentan traslúcidas a la luz. Florece a partir de mayo con flores de un brillante color amarillo oro.





Los nombres comunes: era conocida en la Edad Media como “Fuga demonum” (ahuyenta demonios) y traducido al italiano y al francés como scazzia diavoli, o chassediable respectivamente. Recibe también múltiples nombres comunes que vemos repetidos en los distintos idiomas y que derivan de: su nombre botánico (hipérico, perico, pericó); de la morfología de sus hojas (perforada, foradada, etc.), de sus usos (hierba de las heridas, hierba militar, herba de cop)… El nombre más universal es el de Hierba de San Juan, utilizado en prácticamente todos los idiomas, y que hace alusión al tiempo de su recogida, que tiene tradición en ritos mágicos pero que coincide con el tiempo en que la planta florece y contiene mayor cantidad de aceite esencial y otros principios activos.

La tradición del hipérico es muy antigua y ya Hipócrates cita su uso como analgésico y contra la ansiedad, así como Plino el Viejo (siglo I d.C.) y Galeno. Además, en la edad antigua se creía que incluso su aroma alejaba a los malos espíritus, por lo que cuando en una ciudad se desencadenaba una epidemia, sus habitantes quemaban ramas de hipérico como sahumerio o las colgaban en los dinteles de las puertas como protección. Dioscórides, a propósito del hipérico, hace también referencia a su poder para ahuyentar a los demonios, “porque los quema y los transforma en trigo”.

Aunque desde finales del siglo XVIII el uso del hipérico queda prácticamente limitado al uso tópico para el tratamiento de heridas, por su acción antiséptica y cicatrizante, o en infusión mezclada con otras plantas de acción sedante para el alivio de estados nerviosos, a mediados del siglo XX la investigación científica vuelve a centrarse en su acción beneficiosa sobre los estados de ánimo decaído.

En los últimos 20 años se han realizado numerosos estudios clínicos que avalan su utilidad en el tratamiento de los estados de ánimo bajo, decaimiento, ansiedad, depresión, terrores nocturnos y trastornos neurovegetativos asociados a la menopausia.

En uso externo, sobre la piel, los preparados a base de hipérico también son eficaces para el tratamiento de pequeñas heridas, quemaduras leves o escoceduras.
Fuente: Mapfre Salud

En Bodonal, desde muy antiguo se ha utilizado el aceite de hipérico o pericó para curar heridas en animales, y también a personas, debido a sus propiedades antiinflamatorias, antisépticas, antibacterianas y cicatrizantes, ya que ayuda a sanar rozaduras, heridas, ampollas, golpes o descamaciones.

Como preparar aceite de hipérico (para uso externo):
  • Poner en un tarro ramas con flores, frescas (recién recogidas) y cortadas a trozos.
  • Cubrir con aceite (de almendras dulces, oliva, etc.)
  • Dejar macerar “a sol y sereno” durante 40 días.
  • Decantar y guardar en frascos opacos, al abrigo de la luz y del calor.

Seguidamente podéis ver unas fotos de esta planta, que ya no está en su apogeo, tomadas en el dia de hoy.








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