Seguimos recorriendo las calles de Badajoz, y aprovechamos para traer al
 blog fotografías de aquellas cosas curiosas que vemos durante nuestro 
recorrido. 
En este caso, se trata de una placa en mármol colocala en el dintel de la puerta de una casa, en el número 36 de la calle Martin Cansado, que dice "Asegurada de Incendios". 
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| C/ Martin Cansado - Badajoz | 
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| casa en C/ Martin Cansado, nº 36 | 
La historia de los carteles de "asegurada de incendios" que aún conservan algunos edificios
Probablemente te hayas encontrado algunas veces con 
esas placas que rezan “Asegurada de incendios” en las fachadas de los 
edificios y te hayas preguntado por qué están ahí y para qué sirven. La 
mayoría de ellas pueden verse en los cascos históricos de las ciudades 
porque su origen en España se remonta al siglo XIX. Estas placas no solo
 indican, como es fácil de adivinar, que esos edificios estaban 
asegurados contra incendios (en la actualidad no es necesario colocar 
esa placa aunque lo estén), sino que además recuerdan el origen de las 
compañías de seguros y de los cuerpos de bomberos profesionales.
Para
 comprender el valor de estas placas hay que viajar al Londres de 1666 
durante el gran incendio que arrasó buena parte de la ciudad destruyendo
 más de 13.000 casas y algunos edificios emblemáticos como la catedral
 de San Pablo. Aquella tragedia llevó al economista y constructor 
Nicholas Barbon a crear la primera oficina especializada en seguros de 
incendios de casas y edificios, The Fire Office, como explica el libro Historia del seguro en España, publicado por la Fundación Mapfre.
El incendio, originado en el horno de una panadería y que 
se fue propagando por las casas hechas principalmente de madera, se 
prolongó durante tres días y tres noches ante la impotencia de una 
ciudad que no contaba con un cuerpo de bomberos profesional, como 
cualquier otra en aquella época. Por eso, Barbon también decidió crear 
para The Fire Office un grupo especializado en la extinción de incendios
 que acudiría a los edificios en llamas que estuvieran asegurados por su
 compañía. Para que pudieran identificarlos, decidió colocar placas con 
la insignia de esta aseguradora: un ave fénix. Los primeros materiales 
que se utilizaron para la fabricación de estas placas fueron el plomo y 
la cerámica.
En España, empezaron a verse durante el siglo XIX con la creación de la primera aseguradora en 1822, la Sociedad de Seguros Mutuos de Incendios de Casas en Madrid,
 aunque en lugar de la insignia de la compañía se incorporó el texto 
“Asegurada de incendios”. Se empezaron a utilizar otros materiales para
 su fabricación como el hierro, el cobre y el estaño, y con la irrupción
 de más aseguradoras se empezaron a crear diseños más coloridos y 
llamativos para estas placas que servían también como reclamo 
publicitario.
Como se explica en el libro Historia del seguro en España, 
durante la segunda mitad del siglo XIX empezaron a proliferar las 
compañías de seguros, así como las asociaciones mutuas de seguros contra
 incendios (constituidas por los propietarios de las viviendas). Estas 
últimas, al no contar con un equipo de extinción de incendios propio 
como el de las aseguradoras, “empiezan a acordar con los ayuntamientos 
fórmulas para sufragar y organizar los servicios de extinción de 
incendios”, lo que acabó impulsando “la creación de los modernos 
servicios de bomberos municipales”. 
En ciudades como Madrid (entonces Villa de Madrid), el cuerpo de bomberos se profesionalizó en 1894
 y en Zaragoza, en 1931. Cuando cada ayuntamiento 
empezó a tener su propio equipo de bomberos, los equipos de extinción de
 incendios de las aseguradoras empezaron a desaparecer poco a poco 
porque ya no había necesidad y dejaron de colocarse nuevas placas.
El diseño de estas placas fue lo que llamó la atención de Laura Arribas,
 una arquitecta de interiores interesada en el patrimonio gráfico urbano
 que también decidió fotografiar y “coleccionar” estas placas en la 
cuenta de Instagram @asegurada.de.incendios. 
Fuente: elpais.com




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