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sábado, 16 de septiembre de 2017

Se ha inaugurado en Badajoz la muestra “Principio de Incertidumbre. Felipe Trigo y nuestro tiempo”

Se ha inaugurado el pasado 14-9 en la sala de exposiciones temporales “Vaquero Poblador” de la Diputación de Badajoz, la muestra “Principio de Incertidumbre. Felipe Trigo y nuestro tiempo”, actividad encuadrada en el centenario de la muerte del médico y escritor villanovense y que producen la Institución provincial y el Ayuntamiento de Villanueva de la Serena. La muestra podrá visitarse en Badajoz hasta el 11-10.

La exposición pudo verse en la ciudad natal del escritor el pasado mes de abril. Entonces, la diputada provincial de Cultura, Cristina Núñez, anunció la celebración del centenario de la muerte de Felipe Trigo, “un acontecimiento importante al que la Diputación le dedica todo un programa de actividades desde su Área de Cultura”, recordando que Trigo es autor de una época de cambio, un escritor para lectores del siglo XXI, “de ahí el título de la exposición que se centra en una relectura muy actual de su vida y obra”.

Ahora, en la capital pacense, el presidente de la Diputación, Miguel Ángel Gallardo, ha querido dejar constancia de la trascendencia de un escritor dedicándole una “exposición creativa, innovadora y distinta”, una muestra, ha añadido, que posteriormente recorrerá las bibliotecas de los municipios pacenses en un formato más reducido.

Para Luis Sáez (comisario de la exposición), la exposición propone “un recorrido que indaga en los sentidos, entre afectos y emociones, en un tiempo bajo el signo de la incertidumbre”. Tras estas palabras ha calificado a Trigo como héroe, político, médico, novelista y comprometido con los cambios de su tiempo.


 

Felipe Trigo Sánchez (Villanueva de la Serena, 13 de febrero de 1864-Madrid, 2 de septiembre de 1916) fue un escritor español, que previamente se desempeñó como médico rural y militar.

Nacido en el seno de una familia de clase media con dificultades económicas a causa de la temprana muerte del padre, Felipe Trigo cursó el bachillerato en Badajoz y la carrera de medicina en el Hospital de San Carlos de Madrid. Su experiencia como estudiante forastero en la capital la plasmaría en la novela En la carrera. Tras licenciarse, casado ya con su compañera de facultad, Consuelo Seco de Herrera, ejerció como médico titular en los pueblos pacenses de Trujillanos y Valverde de Mérida, circunstancia biográfica que también novelizaría en El médico rural.

Hastiado de la vida rural, entró por oposición en el Cuerpo de Sanidad Militar. Su primer destino fue Sevilla, donde comenzó su actividad periodística que ya había intentado en Madrid. De Sevilla pasó a Trubia, como médico de la fábrica de armas. Años después marchó voluntario a unas Filipinas en plena rebelión. Destinado como médico en Fuerte Victoria, en realidad un destacamento de prisioneros tagalos, estuvo a punto de perder la vida durante una escaramuza. Los sublevados le asestaron no menos de siete machetazos, dejándolo por muerto. Trigo, sin embargo, consiguió huir a campo través, en espantosas condiciones. Con una mano inutilizada, fue repatriado como mutilado de guerra, con el grado de teniente coronel. La prensa le recibió como «el héroe de Fuerte Victoria» y llegó a ser propuesto para la Cruz Laureada de San Fernando. Rechazando la posibilidad de capitalizar políticamente su celebridad, en 1900 se retiró del Ejército y fijó su residencia en Mérida para dedicarse en exclusiva a la literatura.

La mayor parte de las novelas y relatos cortos de Felipe Trigo tienen como tema principal el erotismo. Trigo criticaba en estas novelas la hipocresía y los prejuicios de la sociedad española en lo relativo a la moral sexual. El autor es, sin embargo, más recordado por dos obras en las que, aunque lo erótico está también presente, priman sus inquietudes regeneracionistas, cercanas a las ideas de los miembros de la generación del 98. Son éstas El médico rural (1912), en la que, con abundantes elementos autobiográficos, critica enérgicamente la miseria y la ignorancia en la que viven los campesinos extremeños; y, sobre todo, Jarrapellejos, novela varias veces reeditada y llevada al cine en 1988 por Antonio Giménez-Rico, que denuncia los males del caciquismo en la sociedad española de la Restauración.
Fuente: Wikipedia

Seguidamente podéis ver unas fotos tomadas durante mi visita a esta exposición hoy.

-Podéis ver las imágenes en mayor tamaño "pinchando" sobre la foto-










 













 

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