viernes, 28 de diciembre de 2018

La Sierra de Alor - Olivenza

Muy cerca de la localidad de Olivenza, en su pedanía de San Jorge de Alor se encuentra la Sierra de Alor, una formación caliza que alcanza una altura máxima de poco más de 600 metros y que cobija una gran diversidad de flora.

Ruta senderista de la Sierra de Alor: La subida puede hacerse por dos trayectos, y en ambos casos discurre por olivares,  que se adornan de orquídeas en primavera y espeso monte mediterráneo cuyas especies principales son coscojas, acebuches y lentiscos. El espectáculo mayor es en la etapa de primavera y, fundamentalmente en la segunda quincena de abril pues es el momento que, abunda la floración de la peonía, rosa de Alejandría.

El recorrido esta salpicado de interesantes muestras de la cultura agrícola, pastoril e industrial de la zona como majanos de piedra, chozos, explotaciones ganaderas ("majas") y hornos de cal, incluso existen vestigios de un antiguo poblado de la Edad del Hierro en la parte mas alta de la Sierra.

Su importante valor natural ha sido reconocido al haber sido declarado su entorno, espacio protegido con la denominación "Sierras de Alor y Monte Longo", formando parte de la Red Europea de Espacios Protegidos Natura 2000

Seguidamente podéis ver unas fotos tomadas durante mi ruta senderista a este lugar, el pasado 14-12



Atalaya de las Moitas, vista al iniciar la subida a la Sierra de Alor






al fondo, Olivenza

Olivenza, vista desde la subida a la Sierra de Alor




restos de un horno de cal


restos de un chozo

chozo



Castillo de Alconchel, visto desde lo alto de la Sierra de Alor

Pantano de Piedra Aguda, visto desde lo alto de la Sierra de Alor






El Refugio del bandolero "Diego Corrientes", en la Sierra de Alor: Famoso bandolero, al que se le acuñó la expresión “robaba a los ricos para dárselo a los pobres”. Está enclavado en una zona alta desde donde podía controlar un amplio espacio para vigilar las tropas que le perseguían. En la actualidad la vegetación que le rodea es el matorral típico mediterráneo y un olivar abandonado.

Utilizaba este recinto como última estación para pasar a Portugal y vender los caballos que robaba a los ricos. 

Su guarida era una casa de construcción simple, que consiste en una única habitación que serviría de dormitorio, cocina y almacén. Tiene una chimenea del tipo alentejana, al fondo de la “cueva”; con unas alacenas  tanto al lado de la chimenea como cerca de la entrada; que supuestamente, él utilizaría como despensa de alimentos y como depósito de municiones y armas. El techo es una bóveda de poca altura recubierta de cal. En su exterior el tejado está revestido de tierra para camuflar más este lugar. Este habitáculo está incrustado entre algunas rocas que le sirven de apoyo a la pared que da al poniente





interior del Refugio de Diego Corrientes

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