Buscando información sobre Bodonal en la red (internet), encontré hace ya años un articulo publicado en el blog https://trianaenlared.blogspot.com/, dedicado a Dª Emilia Martin Mancera, con motivo de la publicación de un libro escrito por ella, titulado “Historia del Colegio José María del Campo - Sevilla", trabajo fruto de su experiencia como directora del Colegio, además de tres años de investigación en hemerotecas.
Veamos lo publicado en la revista de San Isidro 2009 sobre ella:
"Emilia Martín Mancera nació en Bodonal de la Sierra (Badajoz), en Diciembre de 1924. Maestra de Primera Enseñanza, por la Escuela Normal de Sevilla, y Licenciada en Ciencias, sección de Químicas, por la Universidad de esta misma ciudad.
Ejerció como Maestra Nacional, tras efectuar oposiciones a ingreso en el Magisterio, en Matarredonda, del Ayuntamiento de Marinaleda (Sevilla), y en Santa Olalla del Cala (Huelva).
Tras nuevas oposiciones a plazas de más de diez mil habitantes, ejerció en Utrera (Sevilla), de la que también por oposiciones a Directores Escolares, pasa a ser Directora del Grupo Escolar “Elcano”, en Sevilla, y por concurso de traslado, al colegio José María del Campo.
Recientemente ha publicado el libro Historia del colegio José María del Campo, uno de cuyos volúmenes ha enviado para nuestra biblioteca municipal, porque ella siempre piensa en su Sevilla que la acogió y en su Bodonal donde nació y vivió sus 6 primeros años de vida y donde se conservan las cenizas de su padre y, en palabras suyas, “mis recuerdos entrañables”, “mi vinculación a mi pueblo ha sido una constante en mi vida”, “la Virgen de Flores está en un cuadro en mi habitación”.
Una vida interesante, sobre todo tratándose de una mujer y en aquellos tiempos, dos carreras y mucho trabajo y entrega.
A sus 84 años nos sigue recordando y nos regala dos de sus poemas. Ya lo hizo con el de “Encinas” en otra revista de S. Isidro".
BODONAL EN EL RECUERDO
Recuerdo su plaza
con una fuente en medio;
su suelo de tierra,
sus bancos de hierro;
su iglesia y su torre
con su nido hecho
para las cigüeñas
que siempre nacieron
con son de campanas
y sol de su cielo.
Recuerdo al tontito
que rompe el silencio,
tocando con piedras
los duros asientos.
Recuerdo mocitas
que van de paseo,
más guapas y lindas
que en todos los pueblos.
Recuerdo tus calles,
recuerdo… recuerdo…
Recuerdo mi escuela,
recuerdo mis juegos,
recuerdo un pasado,
¡seis años enteros!
¡Qué grande es la vida
del tiempo pequeño!
¡Tesoro escondido
mis dulces recuerdos!
¡Niñez adorada!
¡Mi querido pueblo!
FLORES
Desde la blanca arcada de la ermita,
se extiende la mirada embelesada;
los ojos se humedecen contemplando,
tierras que fueron desde siempre amadas.
Reviven los cariños de otros tiempos,
y vienen a poblarnos de fantasmas
la mente, con un dejo de ternura,
con un afán eterno de esperanza.
¡Si pudiera volver el tiempo ido!
¡Si pudiera volar una mañana,
como aquella cigüeña de la torre,
y traerme el pasado entre las alas!
En la revista de San Isidro 2010 se publicó otro poema de ella:
MI CORRAL
Corral, quién te tuviera cerca
para calentarme en el horno de tu sol;
para airearme en la sombra de tu arboleda;
para ahuyentar mis prisas;
para olvidar mi agobio;
para cantar,
para reír,
para mirar de noche las estrellas;
para lavarme al aire de mañana;
para regar macetas;
para escuchar cómo se arrulla el ave;
para soñar quimeras.
Un niño sin corral no está completo;
le faltará en su vida
el recuerdo, sin par, del emparrado,
la cuadra y el nidal;
la negra hondura del pozo
y al fondo su retrato en el brocal;
y el sueño de jugar con la tierrita,
y hacer casas con piedras;
y ver cómo trabaja el hormiguero,
y espantarse una mosca pertinaz,
y escuchar en la siesta una chicharra,
y romper en invierno un gran cristal
de carámbano helado, de la pila,
y comerse un racimo aún en agraz,
y subirse al tejado por la tapia,
y hacer cometas…
Tirar un remecero en una viga,
y mecerse sin prisas y al compás,
oliendo el vaho caliente del estiércol
y oyendo la gallina cacarear.
Cuando los años pasan y la vida
sigue corriendo, y ves que no se te va,
vuelves los ojos a lo que ha pasado
y allí te encuentras con tu gran corral,
que te hace ser feliz, porque de nuevo
todo aquello lo vuelves a gozar.
Y hueles bien el heno;
y oyes a los borricos rebuznar,
y al perro que festeja con la cola,
y la leña en la lumbre crepitar,
en la boca del horno y la bravera
con un rojo de aurora boreal,
y el pan grande y caliente cuando cruje
oliendo a gloria,
que la gloria es pan, que apetece
y no ahíta, ni te cansa,
y siempre sigues deseando más;
y oler tierra mojada en la tormenta;
y ver las nubes gordas variar,
haciendo grandes monstruos en el cielo,
y a lo lejos el rayo centellear...
Mojarte los zapatos en los charcos
hundiendo un palo en el barrizal;
y ver el arco iris en bonanza
cuando el cielo ya empieza a clarear.
Corral, ¡ay mi corral!
te quiero y te conservo, y repetido
quisiera que estuvieras de verdad
en la niñez que ahoga el ajetreo
de la angustiosa y dura gran ciudad;
porque gozar la paz de tu sosiego,
hace sentirse al alma en libertad.
Emilia Martín Mancera.
(Bodonal de la Sierra, 1924; Sevilla, 2009)
En otras ocasiones Emilia había deleitado nuestra lectura con la publicación de algunos de sus versos en la revista de San Isidro. El pasado 9 de septiembre nos dejó definitivamente, pero sólo físicamente. Antes nos había regalado parte de sus poemas, como el que se transcribe en esta página. Sirva como recuerdo y como expresión de cariño, tanto como el que ella tenía por Bodonal.
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Para más información: "El Colegio Reina Victoria (III) a Dª Emilia Martin Mancera" --->
aquí.
Y ya por último, mi agradecimiento a Francisco Aguilar Lozano por la documentación facilitada de lo publicado en las revistas de San Isidro 2009 y 2010, y a Aniana Barreno, que me dio a conocer diversa información de Dª Emilia, que me permitió conocer más detalles de esta ilustre Bonaleja.
Es bueno recordar aquellas mujeres, que nos abrieron las puertas a las demás, estudiando magisterio, siendo universitarias y buscándose un futuro en la sociedad, sin depender de nadie y trabajando cada día, para buscar su independencia cómo personas en la sociedad. Gracias por la entrada.
ResponderEliminarMando gracias a Paco y también para Aniana, por sus aportaciones.
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