El término roble se utiliza para referirse a muchas especies de árboles del género Quercus, nativo del hemisferio norte. En sentido estricto del término, en la península ibérica los robles comprenden las siguientes especies: Quercus faginea , Quercus humilis , Quercus petraea , Quercus pyrenaica , Quercus robur y Quercus rubra .
Si alguna vez hemos sido algo observadores cuando hemos caminado entre robles y hemos descubierto unas bolitas de color amarillo pálido que miden de 2 a 3 cm de diámetro. Seguramente nos hemos preguntado: ¿y esto….qué es? Pues he aquí la respuesta: una agalla.
Las agallas o cecidias, en gallego «bugallas o cocas dos carballos», son formaciones anormales de tejidos u órganos de las plantas causadas por la actividad de un organismo inductor. Las formas de las agallas son variadas (esféricas, semiesféricas, alargadas, ovales, cilíndricas, etc.) y depende del parásito que la origine.
Los organismos que provocan estos tumores se conocen como cecidógenos o gallícolas, y tienen una elevada especificidad ya que afectan a determinadas especies y órganos vegetales. Existen más de 15 mil especies de gallícolas, entre los cuales están protozoos, hongos, virus, bacterias y algunas algas, pero son los insectos los que causan la mayor parte de ellas.
agalla, procedente de un roble de la especie Quercus pyrenaica |
Las hembras depositan los huevos aislados en el interior de los brotes tiernos de los robles, los cuales, como medio de defensa, hacen crecer alrededor del huevo una agalla esférica. El insecto utiliza la agalla como un medio de procurarse nutrición especializada y cobijo frente al medio y enemigos naturales.
Este tipo de agalla es producida como consecuencia de la acción mecánica de puesta de huevos sobre las yemas, que se puede acompañar de la introducción de una sustancia, producto de secreción de las glándulas del aparato de puesta, permitiendo el desarrollo de huevos y larvas. El proceso de formación es muy complejo; las causas y mecanismos precisos del proceso de inducción de las agallas son aún mal conocidos, por eso existe una ciencia forestal que se encarga del estudio de las cecidias, la Cecidología.
Existen varias hipótesis sobre la adaptación de las agallas de insectos. Un valor adaptativo para la planta, la cual neutraliza los efectos tóxicos del insecto sobre sus células; valor adaptativo para el insecto, ya que la agalla se convierte en refugio frente a los enemigos naturales, en protección frente al ambiente físico hostil y en una rica fuente de alimento. Sin embargo, también se propone que no tienen ningún valor adaptativo.
Se han encontrado restos de agallas de Andricus kollari, probablemente para uso médico, entre los productos expuestos en un mercado de la ciudad de Herculano sepultada por la erupción del Vesubio en el año 79.
Las agallas son ricas en taninos que sirven para la fijación de los tintes naturales, siendo importantes en la producción de tintas ferrogálicas. No obstante hay que ser muy cuidadoso con su recolección, debiendo ser esta esta moderada con el fin de respetar el equilibrio natural.
Ya en un articulo anterior de fecha 30-10-2020 (ver aquí) publiqué en el blog fotos de unas agallas (de mayor tamaño) procedentes del Quejigo.
Hoy traigo al blog foto de una hoja de roble de la especie Quercus pyrenaica (especie dominante en la zona de la Sierra de Tentudia), y una agalla que pude coger ayer durante un paseo por un robledal en la citada sierra (vertiente lindante con Arroyomolins de León).
agalla, y hoja de roble |
Interesante
ResponderEliminarGracias
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