“Como arena, el silencio sepultará las casas.
Como arena, las casas se desmoronarán.
Oigo ya sus lamentos. Solitarios. Sombríos.
Ahogados por el viento y la vegetación”.
La lluvia amarilla / Julio Llamazares
El anciano protagonista de La lluvia amarilla lo relata del siguiente modo: “El proceso de destrucción siempre era el mismo, e igual de irreparable, en cada casa. El moho y la humedad roían en silencio, primero, las paredes, más tarde, los tejados, y, luego ya, como si de una lenta lepra se tratara, el esqueleto descarnado de las vigas en que aquellos se apoyaban. Después, aparecían los líquenes silvestres, las negras garras muertas del musgo y la carcoma, y, al fin, cuando la casa entera estaba ya podrida hasta sus últimas sustancias, el viento o una nevada acababan arrumbándola”
El pasado 23-4 con motivo de mi viaje a La Codosera para visitar entre otros lugares "La casa del Miedo" (ver aquí), pude ver en el tramo de carretera que va desde esta localidad hasta Alburquerque (20 Km.) el fenómeno de la despoblación de las casas de campo, abocadas a la ruina tras el abandono, de las que seguidamente podéis ver unas fotos.
ola, Jesus
ResponderEliminarO despovamento das zonas rurais é um fenómeno/problema que afeta os dois paises, sobretudo ao longo da raia. Em Portugal, o chamado "interior", está sem gente, sobretudo jovens. E não há programa nacional ou UE que tenha conseguido reverter esta situação, que continua a agravar-se.
saludos
Boa tarde Jacinto: Es un tema complicado, pero al que los políticos hasta ahora no has buscado ningún tipo de solución. Parece que ahora se empieza a hablar de estos, pero solo a hablar y hablar, y pocas medidas concretas para afrontar el problema
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