Declarado Monumento Nacional en 1.926 se encuentra dentro de la finca “La Granja”. Tuvo una función funeraria y esta datado en la época
calcolítica.
Castillo de la Granja - Jerez de los Caballeros |
El sepulcro megalítico de la Granja de Toriñuelo, se encuadra dentro
del grupo de sepulcros de cámara circular, o tendente a ello, cubierta
con falsa cúpula y corredor adintelado (Tholos), siendo su
característica más significativa desde el punto de vista arquitectónico,
las dimensiones del corredor y la presencia de una “cámara” lateral.
La cámara, presenta cierta tendencia oval, con 3,80 m en su eje mayor
y 3,50 m en el menor, estando delimitada por trece ortostatos (uno de
los cuales no se conservaba), en su mayoría de granito y dos de pizarra.
Sobre este zócalo, apeaba la cubierta, cupuliforme, realizada mediante
la aproximación de hiladas de mampuestos en seco y rematadas, según sus
exploradores, por una gran losa de piedra. De esta cubierta, sólo se
conservan algunas de las hiladas de arranque, siendo la que actualmente
posee.
En ella se van a centrar la decoración del sepulcro, en la que
alternaría pintura, hoy totalmente desaparecida y grabado, que
utilizando como soporte granito y pizarra, se documenta en tres de los
ortostatos que la delimitan, desarrollando composiciones en las que se
integran motivos serpentiformes, circulares, radiales… ampliamente
documentados en el “Arte megalítico”.
Orientado E-W, el sepulcro presenta un largo corredor de acceso,
documentado en un desarrollo de 25 m, si bien superaría estas
dimensiones, fabricado mediante ortostatos insertados en el terreno y
enfoscados con piedras de medio y pequeño tamaño, el corredor presenta
una altura máxima de 1,42 m en su entrada, disminuyendo en el sector
central y aumentando de nuevo hacia su intersección con la cámara.
La estructura tumular la
constituye una colina artificial, erigida mediante la superposición de
capas de arcilla muy compactada y piedras. Su diámetro, supera
posiblemente los 70 m, dibujando una planta de tendencia circular,
delimitada por un anillo perimetral, hoy desaparecido, constituido por
bloques de piedra. En la existencia de este anillo es lógico pensar dada
la envergadura de la masa tumular, y la función de delimitación y
contención de tierras que este desempeña.
La ubicación del sepulcro, en un área rica desde el punto de vista
agrícola, ganadero y minero, y su situación, junto a un lugar
tradicional de paso (Cañada Real), van a determinar en parte, el hecho
de su reutilización.
Así la parte superior del túmulo fue desmontada para la construcción
de un edificio de planta cuadrada o rectangular, que reutiliza
materiales procedentes del sepulcro. Junto a esta estructura, se han
documentado en el sector W una serie de muros correspondientes a la
reutilización del túmulo durante los siglos I a C.- I d C.
Este tipo de sepulcros (Tholos), tiene su máximo desarrollo
durante el Calcolítico Pleno, asociándose a poblados con defensas o sin
ellas.
En el caso del sepulcro de la Granja de Toriñuelo, aparece asociado a
un poblado en altura, con defensas, situado a escasa distancia del
monumento, en el cual se han hallado en superficie materiales.
Seguidamente podéis ver unas fotos realizadas con motivo de mi visita a este magnifico lugar, el pasado día 23-7.
Túmulo del Dolmen |
Túmulo del Dolmen |
Túmulo y entrada del Dolmen |
Entrada del Dolmen |
Corredor |
Corredor |
Corredor, al fondo la Cámara circular |
entrada a la Cámara Circular |
Cámara circular |
Detalle de sol grabado en un ostostato de la Cámara circular |
foto desde el interior del Dolmen |
Túmulo del Dolmen |
Estela del Dolmen de la Granja de Toriñuelo
La estela fue descubierta al realizar trabajos agrícolas en la finca de
la Granja de Toriñuelo. En Febrero de 1934, Georg Leisner la vió en el
patio de la finca y poco después la publicó en una revista dirigida por
Hugo Obermaier. Fue a través de la mediación de éste y de la
intervención del Conde de Casal, que la pieza fue donada al Museo
Arqueológico Nacional (*) al cabo de poco tiempo.
Algunos autores defienden su relación con el monumento megalítico existente en la misma finca, ampliamente conocido en la literatura arqueológica, y cuya existencia fue el motivo de la visita de Leisner al lugar. Sin embargo no existen pruebas concretas de la relación entre la estela y el tholos, salvo su cercanía geográfica-
(*) La Estela se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, inventariada bajo el número 1935/71/1
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