"Con motivo del cien aniversario de la última traída de la Virgen por sequía, hecho que se produjo en diciembre de 1917, con la culminación de dos grandes nevadas que aliviaron las necesidades de nuestro pueblo, esta Junta Directiva ha elaborado un programa de actos para dar gracias a la Virgen y conmemorar dicha efeméride. La Virgen lucirá el manto azul de la nevada"
Dentro de dichos actos conmemorativos, que habíamos anunciado en una anterior entrada del blog (ver aquí), hoy de 10 a 18 horas en el Santuario, la Santísima Virgen de los Remedios ha estado expuesta en solemne besamamos.
Seguidamente podéis ver unas fotos tomadas en la mañana de hoy, durante este evento.
Las nevadas de 1917 y 1918
"Se cumplirá este año el primer centenario de la última traída de la imagen de Nuestra Señora ocasionada por una sequía, tras ese traslado y salvo la traída de 1936 por motivo de la Guerra Civil, la Virgen únicamente ha visitado Fregenal con motivo de la conmemoración del Cincuentenario, 75 Aniversario y Centenario de Su Coronación Canónica. En 1931 y dada la situación de inestabilidad política no se llevaron a cabo efemérides especiales por el 25 aniversario porque fue así aconsejado.
Según consta en un acta que reproducimos en este artículo, el Ayuntamiento se reune en sesión extraordinaria con la asistencia de todos los concejales. Además asisten especialmente el Párroco Arcipreste de Santa María don Matías Romero Cubillo, el Párroco de Santa Ana don Genaro Ramos Lozano y el de Santa Catalina don Domingo Gata. Por último se encuentra presente también el Mayordomo de la Virgen, cargo que ocupa en ese momento don Fernando de Velasco y Jaraquemada.
En esa sesión extraordinaria el entonces alcalde don José Remedios Porrino Romero se hace eco del clamor popular de petición de la traída de la Virgen dada la pertinaz sequía que sufre la población. La situación es extrema, y las pérdidas de cosechas y frutos son grandes, provocando un estado de precariedad en una sociedad basada en gran parte en el autoconsumo y dependiente de la lluvia única y exclusivamente para el cultivo de los campos y abastecimiento doméstico por medio de pozos fuentes y manantiales.
Por unanimidad y escuchados los Cabildos Eclesiástico y Secular se aprueba el traslado de la Patrona al pueblo «con la firme esperanza de que Ella remediaría, como siempre lo ha hecho, nuestras penas».
En el acta se habla de cómo, tras una primavera escasa en agua, el verano fue abrasador, a ello se unió un otoño sin lluvias que sirvieran de preparación a los campos para la siembra y un mes de diciembre en el que las abundantes heladas endurecieron la tierra imposibilitando la sementera. En el campo, según se cita además, no se encontraban pastos para alimentar el ganado. Por otra parte los obreros y dada la falta de jornales se encuentran también sin trabajo, lo cual agrava aún más la situación de la población.
Se procederá según marca la tradición a la traída de la Virgen tras las tres rogativas reglamentarias, con rezo del santo rosario en las frías noches de diciembre, con la asistencia de un inmenso gentío a pesar de las condiciones climatológicas adversas, donde »sólo se oía el sonar de las pisadas y el leve murmullo en una procesión de varios miles de almas».
Dado que la lluvia no llega se procede a trasladar la imagen un 16 de diciembre, a las dos de la tarde hora solar, apareciendo en ese momento una pequeña nube que se convierte en un cielo encapotado al llegar al Humilladero donde caerán las primeras gotas, hecho que produce el clamor de todos los que se encuentran allí.
Se cuenta como de nuevo vuelve a llover en la cruz de San Antón (la primera cruz), para finalmente y con predicación de don Matías Romero entrar la imagen en Santa maría ante una inmensa multitud que abarrota la iglesia.
Los días 17 y 18 se continúan celebrando rogativas, pero los cielos se despejan. El día 19 y tras el sermón de don Antonio Zapata Granero los asistentes marchan a dormir con un cielo nuevamente despejado que nada hacía presagiar lo que ocurriría el día 20, cuando la ciudad amanece cubierta de un manto de nieve de una cuarta, fenómeno excepcional en nuestra zona y que raras veces ocurre en Fregenal.
El pueblo acude entusiasmado a la iglesia de Santa María a dar gracias a la Virgen y espontáneamente se organiza con cruces, estandartes, pendones y música una procesión cívico-religiosa de acción de gracias.
Los niños del pueblo realizarán bolas de nieve que son trasladadas a la puerta del templo, y que una vez juntas acaban formando una gigantesca que es depositada a la puerta y permanecerá varios días hasta desaparecer.
El día 3 de enero, el fenómeno vuelve a ocurrir, produciéndose de nuevo otra nevada y tras ésta, se producirán lluvias que salvarán las cosechas y evitarán la situación de grave necesidad de nuestros antepasados, dependientes como señalábamos antes del agua como fuente de vida, en una época donde los recursos eran muy limitados y donde la falta de lluvia acarreaba desde hambrunas a epidemias y todo tipo de carencias en una sociedad agraria en una inmensa mayoría.
el "Manto de las Nieves"
Además de la documentación en la que nos hemos basado para el artículo anterior, hemos escuchado según tradición oral la historia de la nevada en multitud de ocasiones, y de la misma forma hemos escuchado hablar del manto azul de la Virgen como el manto de la nevada o el manto de las nieves. Según algunos fue el manto con el que la Virgen realizó la estación de penitencia en la procesión extraordinaria que se celebró en ese momento como costumbre que es cada vez que la Virgen es trasladada a Fregenal, según otros ese manto pudo ser regalo del pueblo en agradecimiento por su intercesión.
El estilo que desarrollan los bordados del manto responden efectivamente a ese periodo, y según el Convento de Santa Isabel de Sevilla, donde fue intervenido en 1993, la obra puede datarse del último cuarto del siglo XIX hasta la primera década del XX, con lo cual la teoría más acertada.../..."
Fuente: Revista de Fiestas Patronales en honor de Ntra. Sra. Sta. María de los Remedios - 2017
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