Todos los años en verano me gusta salir al campo a coger alguna moras, que podemos encontrarlas en los alrededores de nuestras poblaciones, aunque preferentemente es mejor apartarnos de los caminos polvorientos.
Mora es el nombre que reciben diversos frutos comestibles de distintas especies botánicas.
Son frutas o bayas que, a pesar de proceder de especies vegetales completamente diferentes, poseen aspecto similar y características comunes. Simplificando distinguiriamos dos tipos de bayas con rasgos fenotípicos muy dispares entre sí, el género Morus y el género Rubus.
Ambos géneros dan moras, pero no son la misma fruta, unas vienen de
unos árboles comúnmente llamados moreras y morales (que son del género Morus), y las otras provienen de unas plantas sarmentosas y espinosas comúnmente llamadas zarzas (que son del género Rubus)
El color de esta fruta varía a medida que va madurando, indicando así el
momento óptimo para su recolección. Las moras nacen con un blanco
verdoso que pasa a un bonito rojo vivo, para finalmente convertirse en
bayas de un tono púrpura oscuro, casi negro, brillante e intenso. Los frutos maduran durante el verano y su recolección se produce entre los meses de agosto y septiembre.
Como casi todas las bayas y frutos del bosque, las moras son muy beneficiosas para la salud. Tienen pocas calorías debido a su pobre aporte de hidratos de carbono,
pero están cargadas de vitaminas y algunos minerales. Poseen buenas
cantidades de vitamina C, vitamina E y fibra, soluble e insoluble.
Además, contienen buenas dosis de potasio, hierro y calcio, aunque son
menos aprovechables que los procedentes de origen animal.
Pero si algo distingue a los frutos rojos de otro tipo de frutas, es la fuerte acción antioxidante.
Su color intenso nos indica la alta cantidad de pigmentos naturales,
antocianos y carotenoides, que combaten la acción de los radicales
libres que son negativos para la salud. Así, las moras poseen acciones
antiinflamatorias, antibacterianas y contribuyen al buen funcionamiento
del sistema inmunológico.
Pues nada amigos, tomad nota. Y además no cuestan dinero.
Podéis ver unas fotos que hice el pasado 6-8 cerca de Bodonal, cuando estuve cogiendo algunas moras.
El otro día las compré yo en el Corte Inglés atraídas por su enorme tamaño y buena pinta. Me cobraron 3€ por una bandeja y no sabían a nada. No se puede comparar las silvestres con las de invernadero.
ResponderEliminarEs un lujo y un placer cogerlas del campo y mejor aún comerselas
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