Bendita sea tu pureza,
eternamente lo sea,
pues un sólo Dios se recrea,
en tan graciosa belleza.
A ti celestial princesa,
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco desde este día,
alma, vida y corazón.
No me dejes Madre mía,
morir sin tu bendición.
eternamente lo sea,
pues un sólo Dios se recrea,
en tan graciosa belleza.
A ti celestial princesa,
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco desde este día,
alma, vida y corazón.
No me dejes Madre mía,
morir sin tu bendición.
Con los clavos me presigno,
me abarco a la cruz
y en la cabecera tengo,
el dulce nombre de Jesús.
me abarco a la cruz
y en la cabecera tengo,
el dulce nombre de Jesús.
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